Álex Cabrera “El Samurai”, como es conocido entre los aficionados a la
pelota local, fue quien logró ambas hazañas. Conectó 21 vuelacercas en
la ronda regular y, no conforme con ello, fue también líder en los
departamentos de carreras impulsadas, con 59 y average con 391.
No han faltado los que han querido sembrar la duda sobre la actuación
del jugador nacido en Caripito, estado Monagas, al insinuar que el
musculoso toletero estaba “pinchado”, es decir, que se había inyectado
alguna sustancia prohibida que le habría ayudado a sacar la pelota con
mayor facilidad.
Pero lo peor de todo no ha sido esto, que pudiera hasta considerarse
normal, pues siempre que se impone una marca aparece la sombra del
dopaje; sino que la LVBP dejara pasar por debajo de la mesa la hazaña
del primer triplecoronado, al entregarle a Cabrera un trofeo que parece
más bien diseñado para el Más Valioso de la Semana o para el novato que
conectó su primer hit en el profesional.
Y aunque la liga quiera lavarse las manos y echarle el carro a la
empresa privada que en mala hora patrocina nuestro beisbol profesional,
es lógico que ellos como ente rector supervisen la entrega de premios
que anualmente se hace a los más destacados de cada campaña.
El Samurai protestó por la burla y no ha faltado pueblo que se
solidarice con él. Tranquilo, Cabrera, que tu mejor trofeo es el
reconocimiento y el cariño del público, no solo de los Tiburones sino de
los demás equipos.